El irresistible ingenio de los Algos
“Llegados
a un punto, todos tenemos Algos que contar”. Con esta premisa casi
incuestionable, presenta José Luis Calero Moriano (Madrid, 1967) su primer
poemario, titulado Algos. Ya lo decía Oscar Wilde: “No existen más que
dos reglas para escribir: tener algo que contar y contarlo”. El buen
escritor es el que cuenta bien ese algo (o esos algos), como es
el caso de Calero.
Algo
que hay que destacar de Algos es su bella encuadernación. Editado por
Olé Libros en 2023, en tapa blanda con solapas, el libro seduce desde su
portada: una composición abstracta a base de pinceladas, diversas en sus
colores, formas y tamaños. Algos.
El
libro agrupa más de un centenar de poemas breves (y lo breve, si bueno, dos
veces bueno, como sentenció Gracián). La métrica es variada, la rima frecuente.
El ingenio es el máximo común denominador en Algos, ingenio presente desde
el título hasta la última palabra. El ingenio no suelta a Calero…
…
ni en la dedicatoria:
A
mis bolígrafos Bic,
porque
al quitarnos las capuchas
y
hacer el amor nunca me fallaron.
… ni en los poemas
introductorios:
Sé
de un lugar
donde
no se fuerza lo que se escribe,
solo
que últimamente
no
lo encuentro.
… ni en la nota
preliminar:
Y
creo que escribo
porque
con la voz no me expreso como quiero,
y
escribiendo no me creo
ni
lo que digo.
… ni en el salvoconducto:
Antes
de nada, quisiera decirte que con este libro solo pretendo compartir contigo
algunos orgasmos que tuve cada vez que la vida me hizo el amor.
… ni en la introducción:
En primer lugar, quisiera
subrayarte que tienes entre las manos un libro que yo calificaría de autoayuda;
pero, cuidado, de autoayuda para mí.
Los
ciento y algo poemas de Calero están llenos de vida, pero no en el sentido
cursi de llenos de amor, esperanzas, ilusiones y mariposas en el campo, sino en
el sentido real de cotidianeidad, amistad, dudas, zozobras, soledad, amores,
desamores, celos, desengaños, enfermedades, vejez… La impronta de Calero,
además de su ingenio, es su sentido del humor, que baña todos o casi todos sus
poemas: un humor casi siempre irónico, a menudo sarcástico, a veces cínico y
canalla.
El
tipo más fiel
al
que llegué a conocer
siempre
que se iba de putas
lo
hacía
con
la misma mujer.
Calero
es un enamorado del lenguaje y eso se nota en cómo lo emplea, con precisión y
concisión, en cómo juega con él, en cómo se aman, en cómo lo exprime para sacarle
todo su sabor, todo su jugo. El poemario abunda en juegos de palabras, incluso
(rara avis) en juegos ortotipográficos que hermanan al autor con los poetas
dadaístas:
El
loco de amor no nace,
ni
se hace,
evleuv
es.
*
Mi
vida es ella
b
A
Calero le gusta sorprendernos con sus giros de guion, le gusta sacarnos de
nuestras zonas de confort, le gusta recrear el mundo con los ojos imaginativos
de un niño o de un taquillero de aparcamiento. Es su mirada personalísima,
singular, única. Profunda y acerada. Como muestras, otros dos de mis poemas
favoritos:
Busco
mirona
que
busque mirón,
para
no dejar
de
prestarnos…
atención.
*
Cariño,
¿has
abierto el mensaje
que
te acabo de susurrar al oído?
No,
mi amor,
todavía
no me ha llegado.
En
definitiva, Algos es un libro que he leído con genuino interés, con
acuciante curiosidad, con complicidad lectora… A menudo con una sonrisa en la
boca o en el corazón, en ocasiones con alguna carcajada aireándome el pecho, o con
la profunda emoción que da descubrir un hallazgo poético, de esos que te llenan
la mente de luz, de felicidad. No solo recomiendo que lean este primer poemario
de Calero, sino que estén atentos por si sale el segundo, como yo voy a
estarlo.
La
lectura siempre te hará aprender,
la
mala a ignorar,
la
buena a mirar,
la
mejor…
a
ver.
Francisco Delgado-Iribarren Cruz
Madrid, 14. VI. 2023
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