miércoles, 5 de julio de 2023

Luchando con versos contra el imperio del tiempo (Reseña)

Reseña del poemario El imperio del tiempo, de nuestro secretario Antonio Togores Torres, escrita por el socio Francisco Delgado-Iribarren, y publicada en la revista cultural Proverso.


Luchando con versos contra el imperio del tiempo

 

El tiempo es el segundo mayor de los imperios. Por encima de él, solo está el imperio de la eternidad, el imperio de Dios. Todos los imperios terrenales están sometidos al imperio del tiempo. Los imperios se apagan como luciérnagas, como en el haiku de Borges:

 

¿Es un imperio

esa luz que se apaga

o una luciérnaga?

 

Antonio Julián Togores Torres (La Coruña, 1955) tiene la gallardía de confrontar sus versos con el imperio del tiempo. Ese es el título, elegante, imponente, de su obra, que consta de treinta poemas. Publicado en marzo de 2021, el nombre de la editorial también nos remite al concepto inabarcable del tiempo, pues suponemos que viene de Michael Ende, autor de La historia interminable.

La edición se presenta muy cuidada, con una portada brillante que recrea el engranaje del tiempo. En una de las solapas vemos una foto del poeta, junto a un cuadro (parece de Van Gogh) en el que aparece un hombre leyendo en campo abierto, es decir, haciendo buen uso de su tiempo.  

Los treinta poemas mantienen cohesión estilística y temática. Emplean una amplia variedad métrica (de 3 a 14 o más sílabas) y recurren frecuentemente a la rima, donde predomina la asonante sobre la consonante. Algunos de los poemas (Fuego, Río, Incautos personajes) tienen forma de romance.

El tono es solemne, limpio, claro, reflexivo, filosófico, metafísico. Togores Torres muestra un gran amor por las palabras, las cuida y las entrelaza con un ritmo cadencioso, melódico, lírico. La musicalidad y sensualidad de algunos poemas recuerdan al Bécquer de las Rimas:

 

Sí, te veo. Sí, te reclamo. (Togores)

Oh ven, ven tú. (Bécquer)

*

Recoge tus ardientes alas,

Mariposa… (Togores)

Volverán las oscuras golondrinas... (Bécquer)

 

Antonio Togores es un poeta romántico, y por eso en ocasiones recuerda a Bécquer, en otras a Espronceda y en otras a Rosalía de Castro. Incluso dentro del mismo poema, como es el caso de Muerte viva.

 

Recuerdo un día triste

donde mi felicidad fue poder amar. (Togores)

 

Yo no sé lo que busco eternamente

en la tierra, en el aire y en el fuego. (Rosalía)

 

La estrofa continúa con:

 

Donde mi alegría, la libertad;

Donde mi honor fue la verdad;

Y mi camino, la soledad.

 

Que recuerdan a La canción del pirata de Espronceda:

 

Que es mi barco mi Tesoro,

Que es mi Dios la libertad…

 

Togores Torres lleva muy a gala ser gallego, y eso se nota en el carácter contradictorio y ambivalente de este poema, donde no se sabe si sube o baja, donde expresa unas dosis de morriña dignas de su paisana Rosalía. Solo por los mencionados dos primeros versos merecería el premio al gallego del año.

El poema Quisiera comprar recuerda de nuevo al Bécquer de los anhelos imposibles, expresando ese ansia tan común en los poetas de despojarse del cuerpo y ser todo alma, de alcanzar la libertad total del espíritu.

En Más bella, expresa la angustia y la zozobra del enamorado, cantando y añorando a la amada ausente,

 

Eres tú mi silencio,

Eres mi dolor,

Eres todo mi deseo.

 

A continuación, en Fiel amigo, escribe la pasión del corazón arrebatado:

 

Tu corazón a tiras no lo quiero.

Si te doy el mío, te lo doy entero.

 

En el poema Dices se manifiesta el poeta incomprendido:

 

Y no me creo comprendido,

Pues solo puedo comprenderme yo.

 

En Vivir de pensamientos lanza una serie de preguntas desgarradas a Dios:

 

¿Por qué en este mundo tengo que vivir yo?

¿Por qué es tan lento que todo sea amor?

¿Por qué no sabemos que en esta vida existe tu amor?

¿Por qué solo los valientes pueden aguantar el dolor?

 

Togores señala la falta de correspondencia entre “este mundo de dolor” con “ese Dios que es el amor.” Es un poema muy profundo, muy espiritual, muy religioso, que culmina con una pregunta desgarrada:

 

¡Oh Dios! ¿Por qué la muerte no es antes que el dolor?

 

Pero el orden es el que es, ya lo dijo Cervantes: “No hay recuerdo que el tiempo no borre ni pena que la muerte no acabe.”

El tiempo, “que ni vuelve ni tropieza” (Quevedo), está presente en todo el poemario, en algunos versos de forma explícita:

 

¡Sé vivir con el tiempo!

*

No perdamos tiempo, cariño.

*

El ultimo adiós del tiempo.

 

Pero también hay espacio para un paisaje querido, como es la ría ferrolana.

 

Es mi ría ferrolana,

Es mi ría del alma.

 

En el inquietante Alcé la vista se aparece en la noche el fantasma del padre muerto, como en el Hamlet de Shakespeare. Es un poema sensible, delicado, conmovedor.

Fuego y Río son dos poemas ambiciosos, con forma de romance y con fuerza simbolista. El poeta se identifica y se funde con los elementos naturales.

 

Y yo, que soy el Fuego,

Desgraciado ser, te digo

Que a salvarte vengo.

*

Es este un río que ama,

Es este un río que deslumbra,

Es este un río que no pide nada…

 

En Sombra de un nombre aparecen la violencia, la rabia, las oscuras pasiones humanas.

 

Porque no soy el vagabundo que vela

El amanecer de la Estrella en que nací.

 

En definitiva, se trata de un poemario honesto, crudo, desgarrado, profundo, que se adentra en las complejidades del alma humana, en su anhelo de amor, en su soledad, en su dolor, en su debilidad ante el mundo implacable, en su fragilidad ante el imperio del tiempo. Léanlo antes de que sea demasiado tarde.

 

Francisco Delgado-Iribarren Cruz

Mombasa, Kenia

12. IV. 2023. 

1 comentario:

  1. Muy agradecido a Pachi por su visión comparativa y reflexiva sobre mi poemario "El imperio del tiempo".

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