martes, 26 de septiembre de 2023

¡Larga vida a la palabra! (Reseña)

Reseña de El reinado de la palabra, poemario de nuestro secretario Antonio Togores, escrita por el socio Francisco Iribarren y publicada en la revista cultural Proverso. 


En estas sociedades en que vivimos, nos movemos y existimos, el tiempo impera y la palabra reina. Nadie, ni siquiera la imagen, ha conseguido aún derrocar a la palabra, que es una reina sencilla y compleja, palpable y fugitiva, visible e invisible de tan acostumbrados que estamos a ella.

Sea escuchada o ignorada, leída o no leída, el reinado de la palabra es más largo que el de Isabel II de Inglaterra. Netflix aún no se ha atrevido a abordar esta serie: The Word. La palabra ha sobrevivido a monarquías, repúblicas y dictaduras. Por su carácter ubicuo, podemos decir que su reino no es de este mundo.

Antonio Julián Togores Torres (La Coruña, 1955) no es ya un súbdito de la palabra, que también, sino un cortesano de la reina, es decir, un poeta. Por eso rinde pleitesía a la monarca en El reinado de la palabra, su segundo poemario, publicado en marzo de 2022 por Ediciones Ende. De su primer poemario, El imperio del tiempo, tienes la reseña aquí.

El reinado de la palabra consta de 35 textos, 31 de ellos en verso y 4 en prosa. Los 31 en verso son poemas que emplean la métrica y la rima, mientras que los 4 en prosa son cuentos breves, de tono aparentemente infantil, en los que el autor da rienda suelta a la imaginación y al sentido del humor.

Ya el segundo poema del libro, La palabra, es un canto a la reina, que “ensancha el horizonte / de nuestra vida callada”. Togores, como enfermero profesional que ha sido, llama la atención enseguida sobre las “contradictorias propiedades” de este “medicamento”, que “cura y te reconforta”, si se dice “bien y a tiempo”, o puede transformarse “en arma mortal”, si es “inapropiada”… Por eso, receta:

 

Cuida la palabra en tu boca

y piensa el efecto que provoca.

 

¡Cuántos males, cuántas heridas nos ahorraríamos unos a otros, si aplicáramos esta feliz receta, tan difícil a veces de poner en práctica!

Uno de los temas principales del poemario es el amor y, en concreto, la ausencia de la persona amada. Esta ausencia permite la presencia de un ramo de sentimientos de alto potencial lírico, como son angustia, hastío, desesperación (lo que Baudelaire llamaba esplín), nostalgia, melancolía (lo que los gallegos llaman morriña), etc.

 

¿Qué soy yo sin ti?

Espejo sin reflejo,

camino sin pisadas,

estrellas sin miradas

y hambre sin sustento.

 

En Banco rojo, el poeta sucumbe a la tentación del recuerdo del amor perdido, con versos evocadores.

 

No había farola, fachada o esquina

que no repitiesen tu voz en silencio.

 

En Amanecer contigo, los versos son sensuales como una caricia, y con delicadeza saborean las mieles del amor, “los rayos que besan tu espalda”, “nuestro infinito sonrojo”.

En No te vayas, con versos fluidos, pide a cierto niño que espere dos años antes de irse libre.

 

Haz como los polluelos

aún torpes y lentos

que a cubierto

esperan.

 

En El eco, con sus preguntas que rebotan en las paredes, con su morriña, con su fusión con la naturaleza, Togores vuelve a emular a su paisana Rosalía (no confundir con la estrella internacional contemporánea).

Playa de San Jorge es una tierna ambientación en diez cuartetas que emplean las mismas rimas asonantes.

En Siete besos, Togores vuelve a inspirarse en el eterno Bécquer de las Rimas, el que se derrite de pasión y versifica en condicional.

 

Por una sonrisa, siete besos.

Siete besos por una caricia.

Una caricia yo te daría

si me regalaras siete cielos.

 

Togores dedica un poema a La memoria, esa corona que, aunque nos pese o nos duela, “¡nunca nadie perderla quiere!” Es tan poderosa que: “¡No sabemos qué poder tiene!” Y es un tanto imprevisible, ya que “a veces tiene / salidas que nadie comprende”.

En Río seco, imbuido de nostalgia, intenta lo imposible: retener el tiempo, “repetir / aquel lejano día”.

Ferrol querido es una entrañable loa a su ciudad del alma, con sus paisajes, sus calles, sus costumbres y sus recuerdos. En este poema emplea versos eneasílabos con rimas consonantes ABAB.

 

¡Ferrol, Ferrol, mi ferroliño!

¡Qué tiene tu gente, sedienta

de amores, guitarras y pinos!

 

En Roce de amor se vuelve a manifestar el corazón sentimental y benevolente, el que junta amor y tristeza para, con delicadeza, capturar el instante que puede ser eterno.

En ¿Quién eres?, en cambio, se expresa el sentimiento trágico de la vida. El dolor se hace fuerte en tonos dramáticos, shakesperianos.

Hoy es uno de mis preferidos: muy intenso, muy honesto, muy desgarrador. Es un ejercicio introspectivo hasta lo más profundo y doloroso de su alma, desde su “alborotada infancia”.

 

El odio de un rencor malvado

mi sangre a diario apaciguaba.

 

En Ángeles, la impronta del amor que atraviesa el pecho, ese del que Lope dijo: “Quien lo probó, lo sabe”. “Siempre estaré viajando / tras esos labios…”

El poema Azul esperanza ya presenta desde su título un original cambio de paradigma: ¿A ver por qué la esperanza va a tener que vestirse siempre de verde?

Perro herido es otro de mis preferidos, donde, con versos atinados y cadenciosos, el autor manifiesta su amor y sensibilidad por los animales, su empatía con el perro herido y moribundo, como en una alegoría de la muerte humana. 

 

No hacen falta dulces palabras

cuando la vida se te escapa,

sólo quieres suaves caricias

que te duerman y te despidan.

 

Tu sueño presenta forma de romance, con una rima diferente en cada una de sus cuatro estrofas.

 

Quiero dormir en tu sueño

y soñar que se despierta

la tormenta de tu amor.

 

En De acuerdo encontramos esta estrofa:

 

La frase “amor, te amo”

es de tanta valía

que una vez la dije inocente,

y hoy por ella daría la vida.

 

Y en Noche de estrellas:

 

¡Noche, cuánta tristeza

en mi cuerpo alimentas!

 

En cuanto a los cuentos, suelen tener a los animales como protagonistas. En Nube es una paloma. En El parque se monta un jaleo de gatos, perros, cabras y gallinas. Pe, Ga y Lo (de Perro, Gato y Loro) es una entrañable historia de amistad y de amor naciente, narrada con delicadeza, sentido del humor, y reflejos surrealistas.

Por último, el cuento Excursión al monte sale del mundo animal para contarnos, con prosa poética, un recuerdo o una historia entrañable, donde el protagonista es el niño y su universo irremplazable de juegos infantiles, de sentimientos de ingenuidad, pureza y magia, de ilusiones, de risas y de imaginación.

Antonio Julián Togores Torres transforma su vida en palabras para compartirla con muchas más personas. Este poemario se lo dedica de forma especial “a quienes utilizan la palabra como manifestación de su relación con el resto de la humanidad”. La palabra no ha muerto aún… ¡¡Larga vida a la palabra!!

 

Francisco Delgado-Iribarren Cruz

Madrid, 26. V. 2023.

 

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